Hay cosas que nunca sabrás

No me refiero a esa clase de cosas que los intelectos de la media no comprendemos. No. Hablo de cosas más básicas. Esas bases que por muy listo que seas también te afectan.
Esa clase de cosas que interesan a tú portera y tú suplicas no saber para ser feliz. Esa clase de chismes, verdades y rumores que corren en los pueblos y ahora se alimentan de mails y mensajes. Esas cosas que minan nuestra capacidad para ser inocentes, castos y puros a los 30. Que ahora es lo más.
Porque para que la vida te salga bien, es mejor no saber si tu marido se escribe guarradas con una polaca; o si tus padres querían más a tú hermano que a ti; si la vecina del quinto te oye en tus noches indecentes y se lo cuenta a su familia o si en el curro eres el pringado y tú te crees su chico de confianza. Esa. Esa clase de cosas que tienes que hacer por no saber. Pase lo que pase.

Aunque me digas que no

Es una niña. Por mucho que me digas. Por mucho que ella creciera y ahora ya no sea mía. Aunque le pasen cosas de mayores, de las que me pasan a mí y a todos. Para mí, sigue siendo mi niña. Pequeña. Muy bonita. Casi gitana. Casi perfecta. Joder. Mi hermana. Por mucho que crezca. Por mucho que ya no sea mía.

A lo chino

Entrecierro los ojos y te miro sin verte.
Así a lo chino pareces más fuerte. Un poco más atractiva quizás. Pareces menos dolida. Más interesante.
Así, a lo chino, el verde es casi infinito y se difumina en el horizonte, los carteles son estelas florescentes, los canales un viaje inolvidable a la diversión y las manchas una nota de color.
Y así, a lo chino, estoy casi segura que la publicidad me gusta. Lo que me revienta son los anuncios.

Quien espera desespera

Hacía siete días que María esperaba que la besaran. Mientras hacía calceta. Estaba saliendo a bufanda por día.
Y cinco días que Lucy, la perrita del quinto, esperaba que la sacaran a pasear. Mientras hacía huelga de palabras sin que nadie se diera cuenta que hacía dos días que no decía ni mú.
Dos días que Pedro dormía en el sofá esperando que Puri anunciara tregua. Y la Puri se dormía como un angelito disfrutando de sus recién estrenados 1,80m.
Siete días llevaban desde que su nieta Sofía les dijo que vendría. Esperaban en silencio absoluto, porque ella siempre les decía que no oían el timbre.
Quince minutos de retraso esperando en el andén. Seis años de esperas. Tres avisos y uno para sanción.
Tres años des del último te quiero. Cuarenta segundos des del último ¿qué hay para cenar?
Seis días sin hablarse. Ni en el recreo ni en el comedor. Jamás volverían a ser mejores amigas. Estaba escrito.
Y un día, los nuncas y los siempres se convocaron en huelga; y los enamorados se quedaron mudos; las amas de casa lloraron en silencio la pérdida; los infieles juraron por los quizás y los niños fueron felices por más.

El gato

El vecino del quinto se ha comprado un gato que maúlla canciones de amor.
Cuando lo oímos por primera vez, salimos todos los vecinos a la escalera a oir sus suaves maullidos entonando Ese hombre de Rocío Jurado o Toxicosmos de Los Planetas, sus canciones favoritas. El gato está encantado de mostrar su don al mundo y lo que más le gusta es el cante en público. ¡Es un gato buenísimo en los cánticos del amor!
Pero con la virtud del animal salieron todos los aprovechados de la escalera. Por las tardes, la china del primero, le enseña poemas de su país para que el gato nos de una noche temática; la portera del edificio le pone la COPE, a ratitos y a escondidas del vecino, para que el gato se instruya en la escuela del perdón y la remediación; al niño del segundo, al que le han comprado una flauta, ensaya con el pobre gato el Frêre Jaques; etc.
Y lo que va a pasar es que el gato se va a volver gilipollas, antes que afónico, y nos vamos a quedar sin gato. Y va a ser una pena.

He visto la luz


Voy a seguir con mi tono de los últimos días que no es de rencor, aunque lo parezca.
Es que me estoy autoconvenciendo para marcharme a Costa Rica a ver pajaritos.

Para ser salvado



- Lo que pasa es que tú necesitas ser salvada.
- ¿Ser salvada?- Primer pensamiento: para ser salvado primero uno ha de pecar. Sino, no vale.
Segundo. Wikipedia. Nadie se ha dignado a publicar el significado de "salvar". Tampoco el de "ser salvado".
Tercer. Google. La santa iglesia es la única que se prodiga por Google con mensajes aterradores sobre "ser salvado". ¿Qué hago? ¿Echo a correr?
Esto pasó hace dos años y hoy sigo sin saber qué significa ser salvado. La wikipedia sigue sin publicar nada al respecto. Tampoco Google.
Así que supongo que ser salvado debe ser una palabra barata para comprar en Adwords. Y estoy convencida que tendría un tráfico brutal.

(Los que os hayáis hecho ilusiones en que os preste a mi "salvador" siento comunicaros que ya tiene más tráfico del que puede soportar).