Quien espera desespera

Hacía siete días que María esperaba que la besaran. Mientras hacía calceta. Estaba saliendo a bufanda por día.
Y cinco días que Lucy, la perrita del quinto, esperaba que la sacaran a pasear. Mientras hacía huelga de palabras sin que nadie se diera cuenta que hacía dos días que no decía ni mú.
Dos días que Pedro dormía en el sofá esperando que Puri anunciara tregua. Y la Puri se dormía como un angelito disfrutando de sus recién estrenados 1,80m.
Siete días llevaban desde que su nieta Sofía les dijo que vendría. Esperaban en silencio absoluto, porque ella siempre les decía que no oían el timbre.
Quince minutos de retraso esperando en el andén. Seis años de esperas. Tres avisos y uno para sanción.
Tres años des del último te quiero. Cuarenta segundos des del último ¿qué hay para cenar?
Seis días sin hablarse. Ni en el recreo ni en el comedor. Jamás volverían a ser mejores amigas. Estaba escrito.
Y un día, los nuncas y los siempres se convocaron en huelga; y los enamorados se quedaron mudos; las amas de casa lloraron en silencio la pérdida; los infieles juraron por los quizás y los niños fueron felices por más.

No hay comentarios: