A veces llueve

Que no daría yo por tener un paraguas parachoques. Uno grande y amarillo que vibrara cuando vislumbrara una devacle, que se cerrara para no entrar en debates idiotas, un paraguas grande para protegerme de las gotas ácidas. Que no me dejara mirarme los pies cuando estoy preocupada, ni soñar con realidades anticipadas.

De palillo

Esta semana he estado de regresión a la infancia. Ha sido solo a ratos libres porque para las vacaciones falta un mes. Pero resulta que hay vida más allá de la ciudad gris y aunque el camino pase por renfe, es necesario irse. De verdad.
Mientras el mundo giraba a velocidad desternillante, nosotros nos bañamos de noche, nos tiramos de palillo, jugamos a las sirenitas, a comer nocilla sin mojar el pan bimbo, a pintarnos letras con crema, a saltar de bomba y a reírnos bajo el agua...

Sorprendente esa nueva realidad que olvidamos con los años donde no existe explicación sino el azar, donde jugar a trabajar es divertido, y hacerse mayor parece lo más. En fin. Medio metro de niño ayudó más que todos los descansos nesspresso que uno pueda darse. Más incluso que todas las "batallas" que dicen que ganamos.
Thank you, niña, ha sido un lujo jugar a trabajar contigo.

Empaquetando

Estoy empaquetando mi vida en unas cajas de color marrón que huelen a cerrado. Sin naftalina ni champán. Con una mezcla rara de alegría y tristeza, sin pasear la vista por las estanterías vacías, en un vago intento de seguir sintiéndome en casa.
Es una mudanza a uno porque, cuando vuelvan ellos, ya no sabrán qué ni donde estaban mis recuerdos, y todo olerá a lejía activa.
Friego y empaqueto debatiéndome entre si borrar las manchas que encuentro o dejarlas para que el nuevo inquilino sepa que aquí muchos fuimos felices. Que dormimos poco entre tanto sueño. Que nos reímos bastante. Que aprendimos a decir noes a fuerza de síes. Y tantas otras cosas que sólo se aprenden a los 20.
Seguro que el día que me vaya me olvido de algo. Y seguro que cuando me vaya, no podré dejar de pensar en el día que entré por primera vez.