Hay cosas que nunca sabrás

No me refiero a esa clase de cosas que los intelectos de la media no comprendemos. No. Hablo de cosas más básicas. Esas bases que por muy listo que seas también te afectan.
Esa clase de cosas que interesan a tú portera y tú suplicas no saber para ser feliz. Esa clase de chismes, verdades y rumores que corren en los pueblos y ahora se alimentan de mails y mensajes. Esas cosas que minan nuestra capacidad para ser inocentes, castos y puros a los 30. Que ahora es lo más.
Porque para que la vida te salga bien, es mejor no saber si tu marido se escribe guarradas con una polaca; o si tus padres querían más a tú hermano que a ti; si la vecina del quinto te oye en tus noches indecentes y se lo cuenta a su familia o si en el curro eres el pringado y tú te crees su chico de confianza. Esa. Esa clase de cosas que tienes que hacer por no saber. Pase lo que pase.

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