Odio los cambios

Ayer entraron a robar en la agencia y se llevaron mi ordenador.
Con él, se llevaron mis contactos de correo, mis teléfonos, mis mails, mis dibujos, mis archivos, mis suspiros, mi música, mis suscripciones, mis favoritos, algunos de mis passwords de años a, mis palabras, mis iconos, mis ilustraciones y una larga de mis que aún no he logrado enumerar porque a cada momento que pasa me acuerdo de algo que ya no tengo.

Ayer se me aparecieron un sinfin de imágenes de mi padre enumerándome todos sus discos duros y externos que "valen cuatro duros pero son la mar de útiles". También pude oir las múltiples conversaciones en las que me burlo de él diciéndole que no estamos en guerra y que él no es un espía ruso amenazado de muerte. Ahora él tiene sus contactos y yo no.

Pero en toda esta historia hay algo más que una copia de seguridad.
Los ladrones de mi ordenador van a formatearlo para venderlo en el puerto (o eso espero), pero antes se conectaron a mi messenger (mi última conexión era del domingo a las 23.39, cuando yo dormía tranquilamente en casita), abrieron mi correo personal y en definitiva, violaron mi intimidad.

Y es esa sensación estraña que me calla. A todos nos han engañado o robado alguna vez. Aunque sea un boli, ese jersei.
A todos nos han mentido, nos han apremiado cuando no debían, nos han manipulado, se han reído de nuestras verguenzas o nos han llamado por un mote raro. Pero esto es nuevo. Ayer me robaron mi primer PIN. Ese que tenía en casi todas las cuentas y era el primer PIN que tuvo mi padre en su primer móvil. También se llevaron un mail que guardaba desde hace casi un año para mirar de vez en cuando.
Y es esa estraña sensación que me calla. He tenido que cambiar todos mis números. Esos códigos raros que ahora forman nuestro mundo. Nuestro otro yo. Y lo peor. Esos contactos de mis amigos, mi familia. Que ellos seguro borrarán (o eso espero).

En fin, ayer me decía uno: "Anna, hace unos años a mi también me robaron la cartera..." Y aunque en su momento quise decirle que me importaba un huevo si hace dos años le quitaron 5 euros y sus documentos, conseguí callarme (punto muy positivo).
Es inútil explicar a según quién lo que afecta perder teléfonos, mails, dibujos, archivos, suspiros, música, suscripciones, favoritos, passwords de años a, palabras, iconos, ilustraciones y una larga de cosas que aún no he logrado enumerar porque a cada momento que pasa me acuerdo de algo que ya no tengo. Ojalá te roben la cartera otra vez listo. Aunque sea por insensible.

(Un favor:¿me podréis reenviar a la dirección habitual un mail? Así guardo de nuevo las direcciones!).

2 comentarios:

Canibal dijo...

Yo soy incapaz de escribir con la cantidad de mierda que nos estamos comiendo.

Tienes unos anticuerpos más resistentes que los mios.

Anónimo dijo...

Ayer me volvieron a robar la cartera... espero que estés contenta...