El sol de Oriente

Ayer mi hermana me dijo que el año que viene quiere irse a Oriente, para ver si allí el sol brilla distinto.

Y yo le dije que si el sol allí brilla de otra forma no lo sé, pero que lo que sí está claro es que es mejor que siga con esta vida que lleva porque va a ser de las pocas posibles que le van a permitir hacer esta clase de comprobaciones en directo.

Está claro que mi hermana y yo tenemos necesidades de “directos” muy distintas, ese es el motivo por el que ella sorbe las noches y yo tecleo los días, para que nos vamos a engañar. Pero hay que reconocer que la historia esa del sol podría dar para pensar unos cuantos días. Aunque he decidido que este es un riesgo que no voy a tomar porque soy muy influenciable.

Quién sabe, quizá mañana me despierte en Nueva Delhi. O no, mejor en Dubai. Tumbada al sol, con un gin tónic y dos chicos maravillosos a mi servicio.

Aunque no sé si este es la clase de brillo solar al que mi muñeca se refería…

1 comentario:

Anónimo dijo...

En marruecos la luna era diferente, el sol brillaba más, el aire te arrastraba olores completamente desconocidos enla península. Yo no aspiro a tener 2 mulatitos o chinitos dándome viento, aspiro a pasear entre mercadillos, a perderme por una playa de esas que nunca hubieras imaginado que existían, a coger un tren y estar pensando todo el rato que me voy a matar. Aspiro a ver caras que me observen extrañadas, no yo observarlas con cara rara, hacer un intercambio de papeles, que al fin y al cabo... Es lo que más me gusta a mi, ser otra en otro sitio, y seguro que el viento huele diferente...