De palillo
Esta semana he estado de regresión a la infancia. Ha sido solo a ratos libres porque para las vacaciones falta un mes. Pero resulta que hay vida más allá de la ciudad gris y aunque el camino pase por renfe, es necesario irse. De verdad.
Mientras el mundo giraba a velocidad desternillante, nosotros nos bañamos de noche, nos tiramos de palillo, jugamos a las sirenitas, a comer nocilla sin mojar el pan bimbo, a pintarnos letras con crema, a saltar de bomba y a reírnos bajo el agua...
Sorprendente esa nueva realidad que olvidamos con los años donde no existe explicación sino el azar, donde jugar a trabajar es divertido, y hacerse mayor parece lo más. En fin. Medio metro de niño ayudó más que todos los descansos nesspresso que uno pueda darse. Más incluso que todas las "batallas" que dicen que ganamos.
Thank you, niña, ha sido un lujo jugar a trabajar contigo.
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