Grita

Recuerdo que hace algún tiempo, cuando la mayor parte de las cosas interesantes que nos decíamos los unos a los otros transcurrían durante las clases, alguien se dedicó todo un año a escribirme canciones bonitas en las páginas de mi agenda.
No siempre me las tomaba a bien pues él se creía que yo tenía una vida más interesante de lo que en realidad tenía, pero un día, buscando una fecha de examen, me encontré con una letra preciosa de Jarabe de Palo.

Desde entonces deben haber pasado un trillón de años y ahora nadie me escribe notas en los calendarios porque existen logins y las agendas de papel se comparten en mesas de reuniones.
Tampoco sé lo que sería de la agenda en cuestión. Quizá está guardada en algún cajón de algún trastero. O quizá ni eso. Pero el otro día escuchando Grita, me acordé de mi agenda, y me entró una nostalgia insana de las horas perdidas sólo charlando, arreglando el mundo, entendiendo qué nos pasaba con tanto vaivén, a querer más que nadie, a reír y llorar y todo a la vez, a descubrir que sin los amigos no existías, a seguir todos los hilos menos lo que tocaba, a reír en los silencios y sobretodo, a estar allí, para lo bueno, y para lo malo.

Un beso desde la distancia al escritor de mis agendas. Estés dónde estés (esto ha quedado muy Diario de Patricia quizás).

Grita

1 comentario:

Cuca dijo...

Me has puesto la piel de gallina. A mi me pasó lo mismo pero con la canción Depende, también de Jarabe de Palo, y me pregunto a dónde fue a parar mi amigo y los apuntes en los que me escribió la canción.