Con los ojos cerrados y la sonrisa prieta

No han dado las 10 y ya estoy sin aliento. Busco bandas sonoras que me calmen. Webs bonitas que me distraigan. Palabras sobre la agenda que me centren. Pero nada. Esto no funciona. Salgo fuera a que me de el aire. Vuelvo sin que me haya tocado. Subo el volumen de los cascos para no oír mientras juego a masticar lento y digerir. Si me enfado demasiado quizá sea porque no ignore lo suficiente. ¿Esto va de ser anticuado o moderno? Porque a mi en el cole no me explicaron dónde andaban las fronteras...Y mientras, la línea roja que marca lo que voy a hacer y lo que jamás aceptaré se curva a cada lamento.

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