El síndrome

Hay un tic muy común que no tiene cabida en los libros médicos pero asalta a un 72% de la población que curra en internet.

Se llama el síndrome del "Enviar y Recibir" y consiste en eso: el usuario, aunque tenga programado que el correo entre en su bandeja cada, digamos 1 minuto, interrumpe cualquier tarea que esté llevando a cabo para darle al botón de "Enviar y Recibir" de su programa de correo.

Y, lo que podría ser un simple tic de principiante, se convierte en un tic enfermizo cuando el usuario es capaz de darle al botón sin ser consciente de ello. Que está delante del presi, le da al botón; que la Choni buenorra de la oficina lo invita a un café, le da al botón. Da igual. Porque lo importante, es darle al botón. Lo de menos, lo que reciba. -Se reconocen también porque son los que pueden buscarte un hotel en 5 minutos, un vuelo en cuatro y un seguro de vida para dobles de cine en tres-.

Para estos casos, no hay revés. Cuando aparece el aviso del sistema con un "Espere un momento la carpeta de entrada está procesando los mensajes" los minutos ya han empezado a correr a la contra y los pocos amigos que le restan hacen por no quedar con el compulsivo en cuestión.

Dicen los virales que las consecuencias son fatídicas y que el cerebro se vuelve obsesivo e incapaz de procesar mensajes de más de tres letras y dos signos. Algunos manuales piratas confirman que el compulsivo tiene un 67% de posibilidades de quedarse en un permanente procesando. Y algunos testimonios cuentan que al mil seiscientos cuarenta y cinco toque al botón, el ordenador te corta una pierna.

Para mí uno medio por favor

Es célebre en mi familia una frase lapidaria que mi padre suelta a la menor ocasión: No hay nada peor que un tonto con iniciativa.

A mi la frase me parece buenísima, de una realidad suprema y ayer, a raíz de las noticias que nos planchan el ánimo y alimentan las facturas de Movistar, nos preguntábamos acerca de las cosas peores de nuestros días.

* ¿Es peor un un dictador ignorante o uno muy listo?

* ¿Un divo o un inseguro?

* ¿Un callado sin nada interesante que contar o un expresivo con verborrea?

* ¿Los que jamás te cuentan si se enfadan o los que se enfadan con el aire?

* ¿Los que te escriben cuando suspiran o de los que nunca se cuentan?

* ¿Los perfeccionistas o los chapuceros?

* ¿Los responsables agónicos o los pasotas felices?

* ¿Un novio buenorro  o uno feo que pase inadvertido?

* ¿Esos que hablan flojo para que no les sigas o los que chillan a grito pelao para que les oigan en la luna?

* ¿Los enamorados pesimistas o los dichosos sin cama a la que acudir?

...

Lo que pasa es que los que ven el vaso medio lleno son unos plastas y los que lo ven medio vacío elementos a evitar.

Ahora se llevan los medios.

Los del montón afortunado.

Pero esto de testear la democracia es lo que tiene. Que tenemos que hacer por caber todos.

Aunque esto ya es otro tema para otro día.

¿Y para mí que significas?




Pues para mí tú eres un minuto más, mi melocotón, un día rápido, un vamos tarde, una pesadilla menos, una toalla mojada en el sofá, un muñeco ilógico; Y él es un seguro de vida, una autopista de tres carriles, una motorhome con dirección y abs, mi número para toda la vida; Y la otra es un hula-hop descontrolado, una avioneta sin pista de aterrizaje, un batido de frutas exóticas con sal; un test sin respuestas; Y ellas son mi sofá, mi manta, mis palabras cuando no las tengo, mis días mejores, mis épocas para siempre, mis muñecas favoritas; Y los que me dejo son los que están siempre ahí, a ratitos, por épocas, los que se cuentan por cafés y horchatas. Pero lo que pasa, es que nos pasan los días de forma urgente pero sin importancia, y las prisas sustituyen los batidos, los muñecos y las épocas, y así, aunque suene ridículo, uno acaba explicándose sobre sus tareas y no sobre sus ratitos.

Entre el desagüe y las Mauricio




Estoy en la ducha. En el vestuario no queda casi nadie. Han cambiado algo en la alcachofa de la ducha que hace que el agua salga en forma de millones de finas gotitas, muy delicadas. Los barrios pijos algunas veces son lo mejor. Cierro los ojos. Abro la boca. Escupo el agua. Lo primero. Lo prioritario. Lo importante. Abro la boca. Escupo el agua. Aquello. Lo otro. La otra. Abro la boca...Y de golpe, me hundo. Primero los talones. No abro los ojos. Total. Estoy en la ducha del gim. No me puedo estar hundiendo. El suelo es de goma, es blando. Habré pisado el desagüe - ya me pasó en casa que inundé el piso de abajo-. Cuando me doy cuenta me llega el agua a los tobillos. Y de repente, estoy completamente hundida y ya no puedo gritar. Aunque tampoco habría nada que decir. Así se está de maravilla. En el agua. Sin aquello. Sin lo otro. Sin lo importante. Sin lo urgente. Sin pensar que en realidad no me he movido de la ducha. En mi mejor stand by.