¿Por qué le había tocado vivir con un amnésico?

Cada mañana lo mismo, una carrera de fondo para que él la reconociera.
Cuando abría los ojos y la veía, se asustaba. Y no porque fuera fea: tenía un rostro simétrico, un cabello bonito y jamás le olía el aliento.
Después del primer café, algunas veces recordaba su nombre. Otras no. Las que no, la llamaba "mujer". Las que sí, "Pili, mujer".
Cuando veía el tupper preparado en la cocina entendía que ella era alguien que lo quería. Sino, ¿por qué motivo le prepararía comida? Entonces le daba un beso en la mejilla y salía por la puerta.
Él se acordaba de todo: donde tenía aparcado el coche, donde trabajaba, de los lunes de liga, las contraseñas del banco, su odio hacia los calamares, los miércoles de Champions... Pero jamás recordaba quién era esa mujer que se despertaba agarrada a su brazo.
Y así pasaron los años. Cuando él salía de casa Pili empezaba su carrera hacía la reconquista: su plato favorito para la cena, su camisa de la suerte para el partido y las sábanas finas bien estiradas. Pili tenía 10 horas para volver a ser ella y él tenía otras 10 para reconocer a esa intrusa, esa que se colaba en su casa y le pedía más compromiso y algunas veces lo llamaba amor.
Eso sí, cuando llegaba a casa, él ya recordaba todo: Pili era su mujer, su amor de la infancia, la chica más bonita de la calle, la más estrecha según algunos. Y Pili lo quería con locura. Él era aquel chico que jamás creció, que la hacía reír como nadie y que la hacía sentir como una reina al final del día.

Dentro del agua se respira mejor

Una piscina por cada chalado de la semana.
Una por los pirados que te pidieron un beso y luego te mordieron.
Una más por los que te hicieron sufrir sudor frío en pleno agosto.
Otra por las vecinas que te miraron con el ojillo bajo cuando te pusiste el vestido corto.
Una por los líderes que te condenaron al exilio.
Una por los amargados que no te devolvieron la sonrisa.
Otra por los que te exigieron razones que no habían.
La penúltima para recuperar los sueños de la semana que se quedaron sin final.
Y la última por ese beso que no diste, ese grito que te callaste y ese suspiro que se quedó entre la segunda y la tercera costilla.


Dentro del agua todo. Incluso suspirar.

Cosas que me callan y me hacen parecer idiota

Yo no soy tan guapa como tú, ni tan fuerte, ni tan lista, ni tan sintética, ni tan explícita, ni tan ordenada, ni tan graciosa.
Pero aún así me levanto cada día sola y he dormido bien. Me levanto pensando que sí que sirvo, que sí que aporto, que sí me explico. Incluso a veces pienso que me he peinado bien. Aunque los demás no piensen lo mismo (a veces me da igual lo que piensen los demás), pese que a la mínima me desordene sin poder encontrar tres letras o no me salgan dos más dos. Tengo asumido que el talento no se paga a medias y tú la realidad la sirves con cuchara sopera, aunque yo te pida con pajita. Porque tú eres así. Talentoso. Osado. Realista. Y tonto por hablar conmigo.

Crónicas del más allá.

Las carreteras se colapsan, las oportunidades excelentes se propician, los líderes se consolidan, los partidos buscan culpables, el Barça defrauda, las actitudes se fomentan, ETA se reestructura, los gobiernos prueban bombas inteligentes, los accidentes se saldan, RENFE registra retrasos, los cayucos desembarcan, los accidentes se cobran víctimas, las fuerzas de seguridad están en alerta, los sueños se rompen, el Papa vaticina, los muertos se hallan, las medidas se refuerzan, el mosquito tigre ataca...Y las palabras atentan, aburren, se repiten, engañan, y así nos convierten en expertos, sufridores y sabihondos.

El mar está lleno de peces

Historia 1:
Sitges. domingo. 14.32.
-¡Ayyyy chico, te veo muy tenso! Así no va a venir el pez polla...
Y el pez polla no vino. Solo se acercó tímido a la orilla una gomita amarilla con nudo y zumito incluído.
Fin.

- Ui Anna, eso queda muy vulgar. Y además, no se entiende nada. Si quieres ya lo escribo yo.

Historia 1.2:

Sitges. domingo. 14.32.
Mi vecino de toalla le dedica la siguiente perla a su amiguito:
-¡Ayyyy chico, te veo muy tenso! Así no va a venir el pez polla...

Mi novio, en voz baja:
- Cariño, como me alegro que me gusten las mujeres...

Que no se nos pasen los sueños

Al abandonar la ciudad nos habíamos mirado a los ojos para prometernos amor eterno. -Hasta pronto. No te preocupes. No te engañaré con nadie mas. Lo mío va a ser un amor de conveniencia, hasta que pueda volver a tu lado. Lo prometo.
Cuando el avión aterrizó en la Barcelona saharaui la vuelta a la realidad fue dura e inoportuna, porque incluso el business sufre jet lag. El viaje en taxi una experiencia a la contraluz del sueño con olor a piel vacuno. Los días que siguieron un extraño despertar nocturno. Dormir.
Las calles desiertas parecían mostrar mi nueva realidad poquito a poco, concienciándome que aquello estaba acabado. Aquí estábamos de vuelta. Con una resaca de amores imposibles, 6 horas a la contra, con vasos sin hielo, parques sin lagos, calles sin fruta y la programacion veraniega española en 6 canales.

- Un te. Un te con leche, por favor.
Y rapidito que se me hiela el alma.