Que no se nos pasen los sueños

Al abandonar la ciudad nos habíamos mirado a los ojos para prometernos amor eterno. -Hasta pronto. No te preocupes. No te engañaré con nadie mas. Lo mío va a ser un amor de conveniencia, hasta que pueda volver a tu lado. Lo prometo.
Cuando el avión aterrizó en la Barcelona saharaui la vuelta a la realidad fue dura e inoportuna, porque incluso el business sufre jet lag. El viaje en taxi una experiencia a la contraluz del sueño con olor a piel vacuno. Los días que siguieron un extraño despertar nocturno. Dormir.
Las calles desiertas parecían mostrar mi nueva realidad poquito a poco, concienciándome que aquello estaba acabado. Aquí estábamos de vuelta. Con una resaca de amores imposibles, 6 horas a la contra, con vasos sin hielo, parques sin lagos, calles sin fruta y la programacion veraniega española en 6 canales.

- Un te. Un te con leche, por favor.
Y rapidito que se me hiela el alma.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

- Oh , Danny , ¿es este el final?
- Por supuesto que no Sandy , esto es sólo el principio.

iO dijo...

intrusa habitual...m encanta encanta cmo escribes

*pez dijo...

Gracias io :) Ahora voy a chafardear en tu blog también.
Un beso.