Eh! Quieto ahí!

Cada vez que oigo su voz tintineante se me ponen los pelos de punta. Porque es un sonido agudo y enfermizo. Dudoso. Opaco. Muy poltergeist. Te pregunta como te va y sabes que le da igual. Y te giras y piensas: ¿por qué preguntará? Yo nunca lo hago. ¿Me da igual? Pues no pregunto. Pero esto aquí no va así. Aquí va de quererse. Y mientras me giro me sobreviene una arcada.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ufff... que miedo...
No te pregunto más como te va...
Por si las moscas..

*pez dijo...

Claro stivi! No iba a ser todo paz y amor :O