Cultura del más allá


Mi televisión se ha resintonizado. No sé si se escribe así pero, lo que quiero decir es que antes tenía unos canales que se han perdido y han aparecido otros en su lugar. Y en espera que algún chico se pase por mi casa y devuelva la armonía a mi televisión, he descubierto un canal del tarot y un par más dedicados a Jesucristo.

La maga del tarot en cuestión se llama Mari Rosi y la mujer es la bomba. Es como la máquina de la verdad en directo. Que le caes bien: pues bien, que no: seguro que te mueres o lo que sea, pero de que te acaba yendo fatal no hay duda.

La mujer ha nacido para la televisión. A sus 60 años se maneja mejor que Mar Saura entre llamadas, mensajes y preguntas del más allá. Y ya no hay vuelta atrás, cada noche la veo un ratito.

Y los canales de Jesús. Con estos aún no he acabado de encajar muy bien. Me sublevan, son un timo. Una secta de lo más televisiva. Mujeres con looks ochentenos cuentan como su marido cayó en el camino de la heroína (la heroína se convirtió en su mejor amiga según palabras de la mujer de ayer). Pues a lo mejor al hombre lo que le faltaba era un poco de sexo señora. Algo de acción sin faja.

En fin, no sé muy bien si en las casas de los políticos entre tanto Vía Digital se pillan estos canales del más allá. Si tuvieran ocasión de verlos un ratito, se darían cuenta de lo muy necesitados de amor que estamos los ciudadanos y, en vez de estatuts de Cataluña para la mejora de la cultura, ofrecerían boletos de descuento para psicólogos y asistentes sociales.

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