A la espera del anticiclón
Ha llovido mucho en Barcelona y se me ha corrido el rímmel. Las vacaciones pintan light. Mientras a otros les maravilla no tener nada en la nevera, yo no me acabo de acostumbrar a dejar los días dormidos.
La persistente gota de la ventana sigue apuntando tormenta y me recuerda que sigo dentro.
Hoy seguiremos trabajando, para despertar las esperanzas de los más vulnerables; iremos más deprisa, para darle importancia a las trivialidades. Y por la noche un beso vago, decepcionado de tantos nos, aguado por la lluvia.
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