Grita maldito

¡Dios mío! El señor de las tinieblas se ha enfadado.
A los esclavos les ha dado por pensar que tienen un líder idiota y han hecho las maletas. Cuando el muy necio se ha dado cuenta, ya era demasiado tarde y gritaba a través de un auricular con nadie al otro lado.
Ahora grita malo. Grita. Grita hasta que te quedes sin voz.

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