No pasa nada

Sólo llegan unos días de vacaciones. Y santos o no, no nos estresaremos. Si la mitad de nuestra vida no nos cabe en la maleta, pillaremos unas bragas de menos. Lo más importante es que en la primera estación de servicio hayamos olvidado de dónde veníamos. Como decía la amiga de los niños, planeemos menos y volemos un poco más alto.

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