La melanina de la risa

Compramos los billetes de avión en febrero. Con las prisas.
En marzo nos pusimos las chanclas. Con ilusión.
En abril nos sentamos a ver caer la lluvia toalla en mano. Durante 16 días.
En mayo nos sentamos en un rincón, a deshojar el amazonas, para conseguir un rayo más de sol.
En junio empezaron las vacaciones. Y las colas en el Prat.

Nos pilló julio mirando los escaparates del Zara. Con el sudor en la frente, comprando jerseis gorditos, decidiendo si vamos a pasar el nuevo invierno con abrigo o biquini a topos.

En agosto ya estábamos locos.



1 comentario:

Canibal dijo...

Y la naturaleza sopló, sopló, y ni un a sola peluca en la cabeza dejó!!!! Ni ninguna cabeza.