Historias en el patio de luces

Al levantarme esta mañana me di cuenta que mi cuerpo no pesaba nada. No llegué a poner los pies en el suelo que ya levitava a tres palmos y, al minuto 2, mi cuerpo sin control salía por la ventana.
Y así, con mi conjunto para dormir camiseta de tirantes+bragas, con un frío que pelaba, estaba yo en el patio de luces un poco mosqueada. Porque claro, una cosa es salir volando, que bien, porque es viernes y currar me apetece -0, y otra es salir en bragas al patio.
Y en el tercero, a punto de llegar al cuarto, ya un poco resignada viendo que mi salida del barrio era inminente, he pensado que mi situación actual, la de volando en bragas, no distaba mucho de mi vida de estas últimas 2 semanas. En fin.

Pensamiento de la semana

Dan Perjovschi.
Genial.

Esta ilustra bien mi semana y es mi favorita.
La exposición la vimos en el MOMA.
Más dibujitos icí.

La mujer de mi vida

Ella era de la España profunda. Tenía una mala leche como pocas. Y en los 60 años que vivió en Cataluña, solo aprendió 1 palabra en catalán: ostia puta.
Llevaba las uñas perfectas. Tenía los ojos pequeños y azules. Y sin dientes estaba guapísima.
Siempre nos pegaba con la zapatilla al revés cuando nos asomábamos al balcón en camisón. Cantaba las canciones sobre vírgenes más chorras que he oído en mi vida. Y se tiraba unos pedos que se oían a tres manzanas.
Ella se turnaba para dormir con nosotras a días alternos, los lunes le tocaba a mi hermana, los martes a mi. Ella fue la primera que se montó en mi coche cuando me saqué el carné. De luto escrupuloso, con sus Ray-Ban negras. Era felipista hasta la muerte, de las que decoraban la cocina con su puño y rosa.
Ella me acompañaba a los entierros de los abuelos de mis amigas a cambio que yo le acompañara a los de sus amigas. Y allí, en el banco de la iglesia, pasé algunos de los momentos más vergonzosos de mi vida, porque mi abuela no se callaba ni en la iglesia. Sobretodo allí.
Jamás le gustó ninguno de mis novios y de cada uno sacaba alguna frase ingeniosa e hiriente que les soltaba cuando llamaban por teléfono. Con mi hermana nos partíamos de risa. Ellos se morían de miedo.
De los 22 años que viví con ella nos enfadamos unas 8.000 veces y nos pedimos perdón unas 7.000. Mi madre se enfadó muchas más así que tampoco había porque sentirse mal. Lo de enfadarse a grito pelao era tradición familiar.
A ella le contaba todo. Todo. Y que se muriera fue la peor de las putadas de mi vida. Ahora, tengo sus secretos, los míos y la seguridad de haber perdido a la mujer de mi vida.

España o Marbella Land

Cuando uno trabaja con una marca, y si es grande más, acaba impregnado de baba. Baba de tontería.
Y si uno no se protege acaba impregnado por la misma baba. Pero esto se aprende el primer año y el chubasquero viene con el boli y la libreta.

A la gente de mk, cuando entran a currar en ese tipo de multinacionales les dan un manual de marca, pero no de sentido común. Una especie de panfleto para presionar las agencias. Otro para hacerse los listos. Y el Gran Diccionario de la Verborrea, el oficial. Y lo más importante, les enseñan que sus dires de mk son dios y su marca la única de las iglesias para purgarse de sus pecados.
Y que conste que no lo digo cabreada, que acabo de volver de vacaciones y la marca en general me mola bastante, pero estoy muy sorprendida. En solo tres semanas, he oído algunas reflexiones increíbles y he visto algunos briefings que causarían vergüenza ajena a un niño de párvulos.

Reunión de ayer por la tarde.

Diálogo real con el director de márketing de x España:

Dire de mk de x España: ¿En España tenéis algún director de cine famoso? Creo que en la última revista de x entrevistamos a uno, no? (llama a su secretaría). ¿Almodovar? ¿Tú sabes quién es Almodovar?
Yo: sí. Almodovar. Tiene un Oscar. Es bastante famoso aquí en España.
Dire de mk de x España: Ui, no sé, quién es, pero bueno, dile que se venga.
Yo: Hombre, lo intentamos, pero no se si se vendrá. Es algo así como Polanski, quizá esté ocupado.
Dire de mk de x España: Pues claro que se vendrá. ¿O es que el Almodovar ese no necesita más dinero?

Vale. El tío tiene pasta. Y se cree que en España todos somos corruptos. Y viste pantalón crema. Y no tiene intención alguna de mezclarse con la plebe. Y no sabe quién es Almodovar.
Y yo, creo que cuando sepa quién es, no va a querer que venga.

¿Sabes?

Se acabó el verano. Hoy ya no he podido ver la luna. Y hace tres días que mis pensamientos no encuentran el hilo. Mi alrededor parece sacado de una peli de serie B. El teclado no avanza a causa de los pizcos de galletas. Tengo una sábana colgada. Dos mojadas por colgar. El cuello en forma caña de pescar. Esa horrible sensación que me persigue por no entender nada. Y por suerte la tranquilidad de no querer entender.
Hay que volver a las noches con luna, con cuento o sin él. A los días sin puntos ni copias. A los pensamientos bonitos. Los días perros. Las caipis cargadas. Las horas por perder. Hay que hacer por irse.